¿Para qué sirve?
La globalización es un hecho constatable cada día. Podemos acceder en nuestro día a día cotidiano a productos elaborados en los rincones más remotos del mundo. Hace algo más de una década, las empresas se preocupaban por su competencia local, como mucho nacional.
Hoy, gracias a las nuevas tecnologías, a la hora de planificar un negocio o buscar un empleo sabemos que es imprescindible tener en cuenta la competencia internacional. No podemos vivir ajenos al mercado internacional.
Por otro lado, cada año decenas de miles de estudiantes universitarios, los próximos profesionales que se incorporarán al mundo laboral, salen para ampliar y mejorar su formación en intercambios de estudios . Solo en el espacio europeo hay más de 200.000 estudiantes erasmus cada año. Una inmensa red de estudiantes de diversos países que aprenden, conocen y se involucran en cada una de las ciudades en las que van a estudiar. Un potencial inimaginable que, hasta ahora, se desaprovechaba año tras año.
El objetivo de UNIPimus es aprovechar la presencia de estudiantes de intercambio internacional, para que las pequeñas y medianas empresas puedan solicitarles microencargos, con el fin de obtener, comprobar y ampliar datos de otros países.
Las empresas pueden acceder de esta manera a servicios y soluciones asequibles a sus capacidades financieras que de otro modo no podrían, facilitando el estudio de mercado y el acceso a operaciones de comercio internacional, mientras que los estudiantes pueden compatibilizar la dedicación a los estudios y al ocio con la adquisición de capacidades y experiencias profesionales.
Un modelo del que todas las partes implicadas sacan provecho: ganan las empresas al disponer de una herramienta orientada al comercio internacional, ganan las universidades al incrementar el canal de comunicación con las empresas, ganan los estudiantes porque incrementan su experiencia profesional y mejoran su curriculum.