Hace unas semanas, los responsables de la plataforma universitaria UNIPIMUS, con sede en Córdoba, me pidieron que elaborara una relación acerca mi estancia Erasmus en el extranjero, contando mi experiencia, para servir como ejemplo o ser el incentivo que anime a otros estudiantes a llevar a cabo esta gratificante experiencia, que con mucho gusto, me dispongo a describir.
En primer lugar, me presento. Me llamo Almudena Jiménez Espejo, estudiante del Grado de Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de Córdoba, actualmente me encuentro cursando el último curso del grado de ADE dentro del programa P.A.P Erasmus, en la Universidad de Florencia.
Comenzaré haciendo una breve referencia en cuanto a las costumbres y detalles culturales de este país que es Italia. A mí, por suerte, se me asignó mi primer destino erasmus, que era éste, Florencia y aunque nunca antes tuve la oportunidad de viajar aquí, siempre había sido un país que me había llamado la atención y por el que me había sentido atraída, tanto por sus costumbres, como por ser un país rico en cultura en todos los sentidos, por lo que mi decisión siempre estuvo clara. He de decir, que al tratarse de un país mediterráneo, las costumbres no difieren mucho en cuanto a España, pero si hay algunos matices sobre los que me gustaría hacer referencia. En cuanto a la gastronomía, cómo todos sabéis, Italia es famosa por la pasta y sus pizzas artesanales.
Éste es uno de los tópicos que me gustaría desmentir, pues el vivir en Italia, no significa comer todos los días pasta, que es deliciosa en todas sus variedades, todo hay que decirlo. La verdad es que me he quedado muy sorprendida, pues tienen una cultura gastronómica sana, rica y variada, y he podido comprobar, de primera mano, que a los italianos, les preocupa mucho el hecho de llevar una dieta variada y equilibrada, por lo que, ya veis que se puede comer de todo perfectamente y disfrutar de una buena comida, qué podrás degustar en sitios tan variopintos que van desde la más humilde trattoria, pasando por la osteria, acabando en los más lujosos ristorantes, sin olvidarnos de mencionar los atractivos y llamativos aperitivis, para disfrutar entre amigos.
Otro aspecto a resaltar, es el horario de las comidas. Pese a encontrarnos en el mismo huso horario, hemos tenido que adaptarnos a otro horario, pues aquí es costumbre desayunar entre las 08.00-09.00 a.m., tomar el almuerzo a eso de las 12:30, y cenar a las 20:30, sin olvidar de por medio, el típico espresso de por la tarde, ya que aquí, adoran y veneran el café en todas sus modalidades.
Para terminar resumiendo este aspecto cultural, podría decir grosso modo, que la gente aquí tiene una forma de pensar muy cuadriculada, me explico, son gente muy ordenada y organizada en todos los aspectos, así como personas con una mentalidad muy abierta a la hora de viajar, y conocer gente, aunque he de decir, que hay una diferencia muy notable, entre la gente que es del norte de Italia, mucho más cerrada y fría, con respecto a la gente del sur, totalmente más abiertos y extrovertidos.
No menos importante, es el notable gusto y preocupación por la tradición: Una de las contradicciones es que Italia y su gente adoran la modernidad, el último grito, lo que más se lleva, las nuevas tendencias, en ámbitos tan distintos que van desde la moda hasta la arquitectura, pasando por la gastronomía, pero que a la vez veneran y conservan los oficios más tradicionales y típicos habidos y por haber. Sobreviven con tesón los artesanos y su infinidad de objetos hechos a mano, las empresas familiares, el amor por las tradiciones de siempre y las cosas bien hechas.