Por último hablaré de mi experiencia compaginada con los estudios. En mi caso, nada más enterarme de la existencia de la plataforma Unipimus no dudé en inscribirme en ella. No tardé en hacer click sobre el primer microencargo que vi que se ofertó para realizar en Italia. Se trata de un microencargo de parte de una empresa con sede en Córdoba del sector de la joyería.
Mi misión consiste en ir a los establecimientos y establecer un posible futuro contacto con el que hacer negocio y vínculo entre ambas empresas. Actualmente me encuentro realizando este microencargo a través de la realización de encuestas a este tipo de establecimientos, para ir tanteando el terreno y así poder elaborar un primer informe. Y he de decir que para mí está siendo una experiencia muy gratificante al desenvolver una doble función: servir de ayuda a empresas españolas por un lado, y como método de aprendizaje y mejora del idioma, en este caso el italiano, por otro.
A modo de despedida, y bajo mi más humilde opinión, desde aquí quiero dar un consejo a todos aquellos estudiantes que para el próximo año estén pensando en cursar el Erasmus. En primer lugar, aprovechar el tiempo, pues no hay nada más valioso que esto y por desgracia pasa demasiado deprisa. Con aprovechar el tiempo me refiero no solo a dedicarlo al tiempo de estudio, ir a la universidad y salir de fiesta (ojo, que también) sino a viajar, conocer mundo, relacionarte con personas nativas o ser partícipe de nuevas iniciativas…etc. No hagáis de vuestro Erasmus un año que pase por vuestras vidas sin pena ni gloria pues como cité al principio, por el momento no he vivido en mi vida una experiencia que me esté haciendo crecer tanto como persona y en la que cada día que pasa esté aprendiendo un poco más. Además, como no podía ser de otra forma, es dónde de verdad se aprecia el verdadero significado de la amistad y el valor de la familia.
Si hace un año por estas fechas me dicen que iba a estar de Erasmus, cosa que no formaba parte de mis planes en absoluto, no me lo hubiese creído. Pero como dicen que “quién no arriesga no gana”, lo hice, teniendo siempre presente dos palabras clave: valentía y coraje en esta aventura que, sin duda alguna, creo que me hubiese arrepentido toda mi vida si no la hubiese hecho.
Porque como bien dice Paulo Coelho: “El mundo está en las manos de aquellos que tienen el coraje de soñar y correr el riesgo de vivir sus sueños”.
Almudena Jiménez Espejo.